martes, 9 de noviembre de 2010

Unidad Popular Chilena

El Inicio del siglo XX ya venía marcado con el ingreso del movimiento popular chileno en la escena política. Desde el punto de vista social, en cierto modo, un siglo XX corto es el que corre desde 1903 a 1973, desde la huelga portuaria de Valparaíso hasta el golpe de estado. En estos 70 años, el movimiento popular se fue nutriendo y ensanchando con diversos movimientos sectoriales: el obrero, el campesino, el de los estudiantes, el de los profesores, los empleados públicos, etc.  Durante dichos 70 años, diversas coyunturas marcaron el  desarrollo del movimiento popular: en los 20, desde las marchas del hambre articuladas por la FOCH hasta la primera Asamblea Constituyente de Obreros e Intelectuales, de 1925; en los año 30, desde las huelgas ferroviarias de 1935y 1936 hasta la constitución del Frente Popular; en los años 40, desde el reconocimiento del carbón y la Ley Maldita; en los 50, desde la fundación de la CUT, pasando por la toma de la Victoria hasta casi la elección de Salvador Allende en 1958; en los 60, desde las huelgas de la educación, la salud, las tomas de fundo y sitios, hasta ahora si la elección de Allende en 1970.
En cada una de estas coyunturas, lo que estuvo en juego fueron demandas de justicia social y de democratización política.
La Unidad Popular  represento un momento en que se incrementaron todas las luchas populares, las más históricas y las más nuevas, multiplicándose los sujetos y los actores del cambio.
Nunca el pueblo, de modo tan masivo como en la UP, comenzó a hacerse protagonista de su propio destino, pero también nunca como en la UP, la actividad del pueblo fue percibida como una amenaza tan radical por los grupos sociales tradicionales, cuando los viejos miedos se multiplicaron y fueron eficientemente exacerbados por la prensa de la derecha.
La coyuntura que hizo expresivas estas contradicciones fue la que va desde el paro de octubre de 1972 hasta la mañana del golpe de estado, el 11 de septiembre de 1973. En esos días y meses, la derecha asociada con los gremios (Transportistas, Colegios Profesionales, Comerciantes, etc.), puso en marcha un estrategia de ingobernabilidad encaminada a producir un golpe de estado con apoyo social; el gobierno de Allende recurrió a todos los medios para conjurar "la sedición", mientras que el pueblo movilizó todos sus recursos para impedir que el país se paralizara propósito buscado por el movimiento anti socialista.
La movilización popular fue entonces bastante exitosa, pero evidentemente sobrepasó todas las previsiones del gobierno y de la propia UP sobre los alcances de la movilización popular, que a estas alturas, comenzaba a desencontrarse con el gobierno, afirmando su propia lógica: la del "poder popular".
Sin embargo, en este mismo proceso, de "agudización de la lucha de clases" la tragedia comenzó entonces a dibujarse en el horizonte. El gobierno de la UP debía enfrentarse a una derecha crecientemente golpista, lo que estrechaba sino hacía imposible la negociación política, que era, entre otros, lo que los partidos políticos sabían hacer mientras que el pueblo (y la izquierda) se tensionaba y dividía frente a la necesidad de apoyar al gobierno y asegurar por otra parte sus logros en la base y las posibilidades del socialismo.
La división de la izquierda, por su parte, era expresiva de los viejos problemas estratégicos no resueltos por el propio movimiento popular, entre otros en su propia autonomía frente el estado de tal manera que el golpe los sorprende sin orientaciones capaces de enfrentar la emergencia que se les venía encima.

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